Durante los últimos días, el revuelo en el mundo tech y del marketing digital ha girado en torno a Google AI Studio y su nueva funcionalidad con Gemini Flash 2.0, especialmente por su capacidad para editar imágenes de manera versátil combinando texto e imágenes. Todos los titulares lo celebran como un avance revolucionario. Pero, ¿realmente está listo para la vida real profesional?

Mi opinión es clara: Google AI Studio a día de hoy para marketing digital no sirve. Y esta conclusión no viene de un juicio superficial, sino de ponerlo a prueba en escenarios reales donde cualquier profesional del marketing necesita resultados sólidos y usables.

Lo Prometido por Google: Magia Visual Instantánea

La propuesta suena tentadora: generas una imagen con texto, o subes una propia y haces ediciones contextuales complejas como añadir elementos visuales con solo pedírselo. Desde el ejemplo del croissant al que se le añaden fresas con chocolate, hasta composiciones completas sin necesidad de bancos de imágenes ni fotógrafos. La herramienta funciona muy bien… en teoría.

Por ejemplo, si tienes una panadería, y necesitas crear imágenes atractivas del producto sin gastar en producción fotográfica, puede ser útil. Le dices: “Añádeme unas tiras de chocolate encima de los croissants”, y lo hace sorprendentemente bien. Hasta ahí, todo perfecto.

Prueba Real: Cuando Entra en Juego el Marketing Profesional

Pero quise ir más allá. ¿Qué pasa si lo llevamos a un contexto real de marketing digital? ¿Sigue funcionando igual de bien?

Disclaimer: Son casos reales que yo me he encontrado como profesional del marketing digital — aunque adaptados por confidencialidad, los ejemplos reflejan retos reales.

Tomemos el caso de una marca que vende sillones de masaje. Imagina que tenemos fotos del producto muy bien hechas, pero necesitamos situarlas en contextos realistas, como un centro comercial o la entrada de un gimnasio. Google AI Studio permite subir la imagen del sillón y pedirle: “Pon este sillón en el pasillo de un centro comercial”. ¿El resultado?

Bueno pues no está nada mal, se nota un poco que el centro comercial está generado con inteligencia artificial… pero el sillón lo ha respetado. Sin embargo, al cambiar el entorno a un gimnasio o su zona de relajación, la herramienta empieza a flaquear. Las proporciones se pierden, aparecen deformaciones, e incluso mezcla sillones diferentes en una misma imagen. Como profesional, esto genera un problema serio: No sé si tú como marca aceptarías que esta fuera la foto con la que vas a lanzar tu campaña de ads.

Detalles que Marcan la Diferencia

Cuando el producto se vuelve más técnico o la identidad de marca más delicada, los fallos se amplifican. Hice otra prueba con un camión del equipo Red Bull, con logos visibles, pidiéndole a Google AI Studio que lo pusiera en el paddock de un circuito de Fórmula 1. Vamos a ser honestos… respeta muy bien el logo de Red Bull, pero el círculo no te lo respeta. Tampoco sería un problema muy grave, porque se puede arreglar con Photoshop, pero ya necesitas meterle mano.

En marketing, los detalles importan. No basta con que la imagen «parezca buena», debe ser funcional, precisa y representar fielmente a la marca. En este caso, todavía necesitas pasar por Photoshop para dejar la imagen presentable.

La Cruda Realidad: No Está Listo (Aún)

Por ahora, no hay un gran avance en cuanto a granularidad del detalle. Las imágenes generadas por Google AI Studio no sustituyen a un diseñador gráfico. Sigues necesitando un banco de imágenes, las fotos del producto y un diseñador que las ponga en funcionamiento.

“Todavía sigues necesitando un banco de imágenes, las fotos del producto y un diseñador…”

Es verdad que están avanzando rápido y es muy probable que el siguiente modelo corrija muchos de estos errores. Pero hoy por hoy, como herramienta para lanzar campañas de Google Ads o Meta Ads, yo no confiaría en ella.

¿Entonces para Qué Sirve?

¿Significa esto que Google AI Studio no tiene valor? Para nada. Para negocios pequeños, contenido rápido, prototipos o inspiración visual, puede ser una gran aliada. Pero no caigamos en el error de pensar que ya puede reemplazar la producción visual profesional.

Por ejemplo, en el caso de la panadería o el producto genérico que no requiere contexto ni detalles de marca específicos, sí puede ahorrar tiempo y costes. Ahí sí: el hype es real. Pero cuando el nivel de exigencia aumenta, la herramienta queda corta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *