Hace apenas una semana, todo el mundo hablaba del nuevo modelo de generación de imágenes presentado por Google dentro de Gemini Flash 2.0. Y no era para menos. Venía acompañado de una fuerte promesa: generar imágenes de alta calidad, entendiendo texto y contexto, y hacerlo directamente en el ecosistema de Gemini.

Como especialista en marketing digital e inteligencia artificial, no podía quedarme con el hype. Por eso decidí probarlo en un escenario real: poner a prueba el modelo con briefs de marketing auténticos, del tipo que cualquier agencia, freelance o equipo in-house podría enfrentarse a diario.

Los resultados… fueron mixtos. Aunque hubo mejoras notables en realismo y detalle, la comprensión del prompt seguía siendo superficial. Las imágenes generadas todavía debajan bastante que desear como para pensar la posibilidad de abandonar el uso del Photoshop o el Canva para cualquier entregable.


¿Qué cambió esta semana?

OpenAI presentó una nueva funcionalidad en ChatGPT, y lo que parecía un simple update, en realidad es un salto cuántico en la generación visual con IA. Porque a diferencia de modelos como Dall-e o Midjourney, este nuevo sistema no utiliza una arquitectura separada para procesar el texto y otra para generar la imagen. Usa la misma red neuronal para ambas tareas.

Esto es clave.

Porque ahora, el modelo no solo «entiende palabras», sino que piensa la imagen desde la misma estructura que interpreta el texto. Y esa diferencia cambia las reglas del juego.


La prueba: mismo prompt, dos resultados radicalmente distintos

Para que la comparación fuera justa, volví a utilizar los mismos prompts que le di al modelo de Google:

En el ejemplo de los sillones de masaje, la imagen generada por Gemini no entregaba un fondo realista, seguía teniendo fallos de concepto y se notaba claramente que estaba generada por IA, mientra que por otro lado la que ha generado ChatGPT esta semana sí se integra perfectamente y tiene un nivel de realismo brutal.

Trabajando en el otro ejemplo, Gemini no respetó completamente los logos impresos en el camión y además una sección claramente estaba deformada sin ningún sentido, mientras que ChatGPT no solo respetó todos los logos y proporciones del camión, sino que lo integró entre los motorhome de otros equipos de Fórmula 1 como Mercedes o Ferrari.


¿Por qué esto es tan revolucionario?

Porque por primera vez, un modelo de IA generalista es capaz de generar imágenes con un nivel de comprensión semántica que antes solo se alcanzaba a través de prompts extremadamente precisos, o bien, mediante intervención humana directa.

Ahora, el modelo interpreta tu mensaje completo, no como una simple instrucción literal, sino como una intención comunicativa. Y lo hace desde el mismo “cerebro neuronal”, sin necesidad de dividir tareas entre módulos separados de lenguaje e imagen.

Esto permite:


¿Significa esto que ya podemos despedir a los diseñadores?

No. Y sí.

No porque ningún modelo, por ahora, reemplaza la sensibilidad, el criterio y la intuición estratégica de un diseñador humano. Especialmente en proyectos complejos, multicanal o con carga emocional alta.

✅ Pero en el sentido de que muchas tareas visuales de bajo a medio nivel de complejidad –que hoy requieren brief, revisión y varias rondas de ajustes– pueden resolverse en minutos con estos nuevos modelos.

Para el mundo del marketing digital, esto implica una transformación profunda del flujo de trabajo.
Menos tiempo en producción, más en estrategia.
Menos outsourcing por tareas repetitivas, más foco en innovación.


ChatGPT vs Google Flash 2.0: más que una comparación técnica

Esto no es solo una carrera por quién genera la imagen más bonita.

Es una señal clara de hacia dónde se dirige la batalla por la inteligencia artificial aplicada a los negocios creativos. Y en esta ronda, OpenAI demostró tener una ventaja competitiva brutal: al integrar de mejor manera comprensión y generación en una misma red neuronal, logran una profundidad que otras soluciones aún no alcanzan. Esto no solo mejora los resultados, cambia la experiencia de usuario. Hace que el proceso de creación con IA sea más natural, más conversacional, más intuitivo.


¿Y ahora qué?

Estamos entrando en una nueva etapa:

Si trabajás en branding, contenido, diseño, UX o estrategia digital, este es el momento de involucrarte a fondo. No para temer a la IA, sino para dominarla.

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